Una mirada a la evolución del comercio minorista

Recuerdo cuando era niña, que las tiendas de mi pueblo a las que me llevaba mi madre, eran como la cueva de Aladino. Cada rincón y cada espacio, parecían tener algún objeto maravilloso.

También, recuerdo que vendían todo lo que te puedas imaginar, desde alimentos hasta orinales, alpargatas… ¿Quedará alguna de estas tiendas míticas en el siglo XXI?

Hoy día las tiendas físicas se han modernizado, segmentalizado y particularizado. Aunque no descarto que queden las típicas tiendas donde se vendía de todo en algunas áreas rurales.

Ahora, las tiendas modernas parecen ser un mundo y aparte, en las que se expone ordenadamente la mercancía en estanterías comerciales, ya sean en estanterías góndolas, murales…, y en la que cada tienda está especializada en ofrecer uno o varios productos relacionados.

Después de esta primera transformación, los comercios minoristas comenzaron a ver nuevos cambios de comportamiento en los hábitos de compra.

Unos cambios que pasaron a otro nivel, con formatos de tienda en grandes superficies o lo que llamamos “Centros Comerciales”, que brindan más espacios de compras y acceso a una variedad más amplia de productos y ocio.

Esta transformación fue necesaria para satisfacer a los consumidores, impulsando la reconversión de los comercios.

Pero, no hay dos sin tres, y en los últimos años se han visto adaptados a un nuevo consumidor que demanda más conectividad.

Evolución del comercio y  los nuevos cambios digitalizados en el comportamiento del consumidor

A partir de la situación vivida con la COVID-19 la economía digital se disparó, y con la adopción del distanciamiento social, nos hizo recurrir a comprar de manera diferente.

De hecho, ya no se busca necesariamente un comercio que tenga el mejor producto, sino el que pueda hacernos sentir más seguros y cómodos con las compras online.

Además, ya son muchas las tiendas, que para lograr una buena experiencia minorista física y digital han ampliado sus almacenes con el fin de poder dar mayor servicio, ampliando así su nicho de mercado.

Almacenes logísticos, que necesariamente hay que ampliar con un mayor número de sistemas de almacenaje donde guardar el stock para su entrega al cliente final. Nuevas o de segunda mano estanterías comerciales e industriales que aporten rapidez en la preparación de pedidos.

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Recuerda, es crucial reconocer los cambios y gestionar activamente una tienda si quieres continuar en los ecosistemas del comercio.